Opinión

Un reto de nuestro sector en tiempos difíciles

Por: Esp. José David Ramos Buelvas

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»Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches».
Génesis 8:22

No terminábamos de recolectar las últimas motas de una cosecha de algodón que a todas luces no fue buena en nuestro departamento, cuando aparece la declaratoria de pandemia y las consiguientes decisiones del Gobierno que como siempre no terminan de satisfacer a todos y que nos dejan mucha incertidumbre hacia lo que será nuestra actividad agrícola en el próximo semestre y en los que vendrán después.

Bajos rendimientos de campo, altos costos de producción y para redondear los malos resultados: una caída de los precios internacionales del algodón en las últimas semanas hicieron de esta cosecha una de las peores en los últimos tiempos en nuestra zona. Queremos ver un verdadero renacer de la fibra pero nos encontramos con esta situación que le hace un flaco favor a este noble propósito. Es cierto que como gremio debemos analizar qué pasó y buscar los correctivos para mejorar en las siguientes cosechas, también es cierto que es en estos momentos que necesitamos la ayuda del Estado para poder seguir sembrando y cosechando y aportar así a la seguridad alimentaria del país de la que tanto se habla. El Ministro de Agricultura anterior se comprometió con 2.500 millones de pesos para la cosecha de la Costa y su anuncio ayudó a que el área sembrada no decayera más. Aprovecho para hacer un llamado a su sucesor con el fin de que diseñe el mecanismo idóneo para trasladar esos recursos a los agricultores en esta cosecha. Es necesario para la supervivencia de nuestro sector.

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Pero creo que se viene un reto mayúsculo: ¿Cómo llevar a cabo nuestra actividad agrícola en medio de la pandemia? ¿Cómo será la cosecha de maíz que se viene? Por un lado debemos contribuir con proveer alimentos para nuestros conciudadanos, es un deber patriótico, además: sembrar es la razón de ser de nuestras empresas y nuestros productores del campo, por lo que si se deja de hacer estaría en riesgo la supervivencia del sector y agricultores de base. Pero por otro lado hay un sinnúmero de voces, de decisiones y de indicadores que no nos dejan entrar tranquilos a la siembra del grano en nuestro departamento.

Creo que los productores y las empresas integradoras de Córdoba no seremos inferiores al reto que se nos impone y al igual que en otros tiempos, con otros tipos de dificultades, pondremos el pecho y haremos nuestro mejor esfuerzo por el bien del país y nuestra familias. Sabemos que para el gobierno nacional no es fácil tomar ningún tipo de decisión sin afectar a algún sector, pero esperamos que incentive las siembras a través de créditos de fomento, seguro agrícola, protección al precio a través de coberturas y si hubiere lugar a apoyos directos. Como muchos lo han expresado: los productores agrícolas también somos héroes en estos momentos y esperamos que no nos dejen solos en el reto de abastecer los mercados en tiempos de pandemia y cuarentena.

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