Caribe

Cereteano con discapacidad visual fue nombrado como rector en Bolívar

Sus ojos se apagaron, pero la fuerza de su corazón tomó un impulso de valor determinante para abandonar la lastima y apoderase de los sueños

Por: Johnar Petro – Cereté Noticias

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Hace 14 años el mundo del cereteano Manuel Castro Pérez se oscureció por completo. Una jugada de esas incomprensibles de la vida lo dejó con ceguera permanente, ayudado por un bastón y por las manos guías de sus familiares y amigos.

Sus ojos se apagaron, pero la fuerza de su corazón tomó un impulso de valor determinante para abandonar la lastima y apoderase de los sueños. Era quedarse en el lamento o comenzar a reconstruir una vida que se adaptara al mundo, ya que el mundo no estaba adaptado para él ni para las miles de personas con discapacidad que deben enfrentar la indiferencia de sociedades y gobiernos no inclusivos.

Manuel tiene 41 años de edad y toda la vida ha sido un amante de la academia. Se hizo profesional en Ingeniería Industrial, cursó dos especializaciones y además es magister en educación. Su vida ha estado ligada a la docencia, por más de 10 años ha enseñado a jóvenes a salir adelante a través de los programas técnicos y tecnológicos del SENA y ha sido uno de los más fuertes defensores de las personas con discapacidad del municipio de Cereté.

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“Desde que soy persona ciega ha sido un proceso constante de enfrentarme a barreras actitudinales, de comunicación, barreras físicas que dificultan que las personas con discapacidad podamos disfrutar de todos los derechos como cualquier otra persona”, indicó Manuel Castro.

Los estudios, el respaldo familiar y sus capacidades personales le permitieron al ingeniero Manuel competir en igualdad de condiciones, siendo su gran ventaja el poder del corazón para salir adelante. Fue así como hace dos años se presentó al concurso docente para aspirar a un cargo directivo. Su examen lo tuvo que hacer escuchando las preguntas por un lector certificado que le asignó el Ministerio, su lucha continuaba, pero cada día estaba más cerca el logro de ese gran objetivo.

Manuel ocupo el segundo lugar en una lista de elegibles y le fue otorgado el cargo de rector en una institución educativa del municipio de Margarita, sur del departamento de Bolívar, hasta donde viajó ayer para posesionarse oficialmente.

La historia de Manuel nos deja muy claro que las barreras siempre van a existir, pero cuando el corazón sueña, no hay nada le que impida tocar el cielo.

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