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Papa Francisco llegó a Irak en visita histórica de tres días a Bagdad

El vuelo de la compañía Alitalia aterrizó sin novedades en la capital de Irak.

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El papa Francisco llegó este viernes a Bagdad en la primera visita de un pontífice a Irak, donde se acercará a la castigada comunidad cristiana del país, que fue brutalmente perseguida por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) tras ocupar partes del territorio durante tres años.

Tal y como estaba previsto, el vuelo de la compañía Alitalia aterrizó en el aeropuerto de Bagdad para iniciar una visita que durará tres días.

El vuelo de la compañía Alitalia despegó del aeropuerto romano de Fiumicino y tras recorrer 2.947 kilómetros, aterrizó sin novedades en el aeropuerto de Bagdad. De la delegación vaticana forman parte, además del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri, y el cardenal español Miguel Ángel Ayuso, a la cabeza del Pontifico Consejo para el Dialogo religioso, entre otros.

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También el cardenal Fernando Filoni, quien fue nuncio en Bagdad desde 2001 a 2006 y que ayudará al papa después de que el actual embajador, Metja Leskovar, contrajera el coronavirus y haya tenido que guardar cuarentena.

En el vuelo viajaron con el papa 75 periodistas. Todos los que acompañan en este viaje al pontífice han sido vacunados para evitar contagios. A su llegada al aeropuerto de Bagdad, esperará al papa a pie de escalerilla el primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, y dos niños con trajes tradicionales le ofrecerán flores.

Tras una discreta ceremonia de bienvenida, el papa y el jefe del Gobierno se reunirán en privado en una de las salas del aeropuerto de la capital. Su primer acto oficial será la reunión con el presidente del país, el kurdo Barham Saleh, y el discurso que pronunciará en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático.

Durante esta visita, el papa estará solo en las carreteras arregladas para esta ocasión debido a un confinamiento total decretado en el país donde el número de casos ha batido esta semana un récord desde el inicio de la pandemia de covid-19, con más de 5.000 contagiados diarios.

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El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo, que se siente “enjaulado” en los últimos meses en un Vaticano a cámara lenta por el covid-19, iniciará en vehículo blindado un viaje sin gente, “virtual” para los iraquíes que lo seguirán por televisión, y principalmente por aire.

El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico (EI). Las etapas en las cuatro esquinas del país reunirán solo a unos centenares de personas, con excepción de la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán, en la que participarán varios miles de fieles que han reservado su plaza con antelación.

El programa papal es ambicioso. Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul, Qaraqosh: del viernes al lunes va a recorrer 1.445 km en un país que el pasado 3 de marzo fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.

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