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“Yo sentí el bombazo y me tiré”, auxiliar de policía que sobrevivió de ataque en el Huila

Yo sentí el bombazo y me tiré”: así relata el auxiliar de policía que sobrevivió milagrosamente al atentado en San Luis, Huila.

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El joven Gustavo Alberto Esquivel, contó que en el momento del atentado, él viajaba en la parte trasera de la patrulla, en el costado izquierdo, al lado de unos plátanos que llevaban consigo.

Cuando sintió las explosiones, las balas, se lanzó del vehículo y empezó a disparar. “Yo sentí el bombazo y me tiré, les empecé a disparar y me defendí”, aseguró.

Luego, según la versión que entregó ante las autoridades, él se escondió entre la maleza y empezó a alejarse de la escena del crimen. Ahí, dijo, encontró una alcantarilla y se refugió.

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“Me tiré al matorral y me tiré a una alcantarilla. Esa alcantarilla me sacó más abajo”, señaló, en los primeros apartes de su relato entregado a la fiscalía.

De acuerdo con el uniformado, él salió de la alcantarilla y le pidió ayuda a un campesino, quien le suministró ropa de civil. Por esa razón, aseveró, cuando fue rescatado no portaba el uniforme con el que salió junto a sus siete compañeros asesinados.

“Llegué a una casa donde un viejito me prestó ropa para cambiarme. Luego llamé a una compañera auxiliar de policía y le conté lo que había pasado”, señaló.

En otro aparte se conoció que:

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Hacia las 10:30 de la noche la búsqueda fue todo un éxito; el Auxiliar Gustavo Alberto Esquivel Rojas, fue ubicado por los soldados quienes en un principio dudaron de su identidad al hallarlo vistiendo prendas de civil, aunque débil hizo uso de las pocas fuerzas que le quedaban para mostrar su identificación y contar un breve relato de cómo logró escapar y sobrevivir al demencial ataque.

Al parecer, tras la explosión y desorientado por el efecto de la onda explosiva, el joven auxiliar, junto a uno de sus compañeros, se precipitaron por un caño; desafortunadamente el Policía que habría logrado escapar, falleció producto de la gravedad de las heridas, mientras los otros uniformados eran asesinados con ráfagas de fusil; de ahí que Esquivel, en medio de la maraña, inició una maratónica lucha por conservarse con vida.

El joven habría tocado puertas en las fincas aledañas y aunque recibió varias negativas encontró un ángel que le brindó todo el apoyo y ayuda.

Una vez los soldados del Gaula Militar Huila lograron ubicarlo, Esquivel Rojas se sintió a salvo, pero insistentemente preguntaba por el estado de sus compañeros.

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Ya en el casco urbano de Palermo, lo esperaba una ambulancia de la Policía que lo trasladó a la capital huilense, donde hoy sigue su proceso de recuperación en medio del dolor que lo embarga.

Fuente: Fuerzas de Honor Colombia.

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