Opinión

Colombia, un país de regiones.

Por: Marcos Daniel Pineda García

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La descentralización es un concepto que se viene manejando desde hace muchos años. Recuerdo que desde mis épocas de colegio, era un tema recurrente de mis profesores de democracia. Aunque muchos son los gobiernos que desde entonces han ido y venido, con avances y retrocesos en ese sentido, lo cierto es que hoy la centralización sigue siendo una barrera para el desarrollo equitativo en Colombia.

Soy un convencido que la mejor manera de llevar al país por buen rumbo, es trabajar con enfoque territorial, de manera que el gobierno nacional concentre sus esfuerzos en conocer de cerca las principales carencias que se padecen en cada región. Si bien es cierto que en Colombia no existen recursos suficientes para suplir todas las necesidades que cada municipio tiene, también es cierto que tenemos el enorme reto de saber invertir lo poco de lo que se dispone, en aquellos proyectos que generen mayores beneficios sociales.

En una reconocida escuela de gobierno, le escuché a un veterano profesor decir que antes se les enseñaba a los estudiantes de política a hablar, porque la oratoria era parte fundamental de la persuasión de un buen líder, pero que hoy el reto es enseñarles a los nuevos gobernantes a escuchar. En el transcurrir de mi vida pública, he podido comprobar la inmensa verdad que hay en esas palabras, convencido que la participación ciudadana es la clave del buen gobierno.

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Gran parte del problema que vive el país actualmente, es que las verdaderas falencias que el colombiano tiene no han sido escuchadas y atendidas de manera oportuna por los gobiernos centrales, que tal vez han hecho esfuerzos por construir planes de desarrollo ambiciosos, pero que no han estado conectados con la realidad del ciudadano, tanto el que vive en las grandes ciudades, como en los más pequeños barrios, corregimientos y veredas. Nuestro país, más que capitales, está compuesto por regiones llenas de diversidad en sí mismas, a las que se debería llegar con mucho más que criterios técnicos concebidos desde un escritorio en Bogotá.

Son muchos los logros que desde el punto de vista estadístico ha podido alcanzar el actual gobierno, pero tal vez le ha faltado el más importante de todos: crear empatía con la inmensa mayoría de colombianos, porque no ha sabido comprender que Colombia es un país de regiones y que cada una tiene unas necesidades diferentes, que las hacen tener dinámicas distintas.

Necesitamos que el diálogo y la participación ciudadana nos ayuden a consolidar la confianza de las personas hacia sus gobernantes. Hoy Colombia requiere gobiernos cercanos, que miren y escuchen las regiones, como lo que son, el alma y la vida de nuestro país.

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