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¡No me da pena, ni le tengo miedo al trabajo!: Monteriana trabaja sacando arena del río Sinú

Ángela Pacheco es una mujer de 41 años, con la fuerza y la entereza suficiente para agarrar una pala, meterse al río Sinú y sacar arena, abriéndose camino en una labor que históricamente ha pertenecido a los hombres, por la rudeza del trabajo y el esfuerzo que se requiere.

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Nativa de la vereda Boca de la Ceiba, corregimiento Los Garzones, y madre de tres hijos, decidió en noviembre del año pasado acompañar a su esposo en la labor de arenero, tratando de buscar el sustento para mantener su hogar y darle de comer a sus hijos, aún en edad escolar.

“No me da pena, ni le tengo miedo al trabajo”, es lo que dice esta mujer, a quien encontramos sacando arena de las orillas el río.

¿Qué hacía Ángela antes de la pandemia?

Tenía un puesto ambulante de mecato que ponía frente al colegio Los Garzones, con eso ayudaba a mi esposo con los gastos de la casa.

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¿Por qué decidiste trabajar sacando arena del río?

Porque no vi otra opción y tenía que generar recursos porque dos de mis hijos estudian y tengo que sacarlos adelante.

¿Quieres mantenerte en este trabajo por mucho tiempo?

No, realmente me acuesto muy cansada, con dolores en los brazos y los dedos, es realmente duro. Yo quisiera continuar con mis estudios en Pedagogía, pero tampoco cuento con el dinero para pagar las cuotas. Mi sueño es tener un buen empleo y culminar mi carrera para darles a mis hijos un mejor futuro.

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Con los ojos puestos en una meta de superación, Pacheco comenzó a estudiar en Ceprodent antes de la pandemia.  Gracias a un convenio con el gobierno ella sólo tendría que pagar un porcentaje de las matriculas, pero siente que los recursos financieros no le dan y sueña con conseguir una beca de estudio.

“Es muy probable que no culmine mis estudios, ahora mismo no tengo los 280 mil pesos que tengo que pagar por matrícula, seguro y uniforme”, dijo.

Ángela Pacheco es una mujer valiente que sin duda merece tener las oportunidades necesarias para conseguir un trabajo donde no tenga que sufrir tanto: “Me esfuerzo para que mis hijos puedan estudiar y que no tengan que fregarse tanto como lo hago yo para sacarlos adelante”, expresó esta mujer que aún no se conforma con su destino y lucha para poder cambiarlo.

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