Opinión

Cien días de Gobierno

Por Orlando Benítez Mora

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Cien días se cumplen desde que iniciaron período los nuevos Alcaldes y Gobernadores.

La energía de los ejecutivos aún está en su máximo nivel, la construcción de los planes de desarrollo avanza y la esperanza de los ciudadanos se mantiene vigente para que los territorios sigan creciendo.

Las promesas de campaña deben comenzar a convertirse en acciones diarias de Gobierno ¡Pronto! Aterrizar las reformas, los proyectos, los problemas y oportunidades al tiempo y al presupuesto que se dispone para cada anualidad, ¡Hoy, es vital!

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Hay que entender que no se lograrán resolver todas las carencias, es utópico pensarlo, jamás son insuficientes los recursos además el tiempo como variable indolente corre a gran velocidad.

Identificar avances heredados puede significar victorias tempranas y priorizar caminos allanados permite avanzar, ¡Hay que Avanzar!, ya las campañas pasaron.

Es fundamental consolidar un equipo que represente a todos y todas en el territorio, un equipo con una clara presencia en los barrios, veredas, corregimientos, desplegado de manera sectorial, ¡Un equipo presente!

Es importante que este equipo entienda que todos deben estar en función del gobernante y NO en función de sí mismos, alejarse de los egos y trabajar colaborativamente, se debe comprender que la agenda que prima es la del jefe, del elegido, del mandatario, y no la del

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individuo particular; tener de consigna que el interés es el equipo, no la vanidad personal, que lo político es importante y lo técnico es fundamental, pero lo social es la esencia.

Con todo esto la estabilidad financiera es indispensable, hallar el equilibrio es el reto, entre la priorización de necesidades y los recursos públicos escasos, el llamado es la eficiencia y eficacia presupuestal, otro gran capítulo que pensar.

Los mandatarios posiblemente ya han sido acechados por viejos amigos que estaban perdidos, de nuevos amigos que espontáneamente surgieron tras su victoria, de lagartos que no disimularon y pretenden camuflarse en roles cercanos, de patos que repentinamente eclosionaron y están graznando; ya aparecieron los resentidos sociales, los idealistas eternos, los disociadores expertos, los emprendedores emergentes, los neoinstitucionalistas, la gente técnica queriendo ser política, los políticos posando como técnicos y aquellos con intereses

personales.

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Aparece gente buena y otra no tanto, muchos probablemente ni siquiera habrán estado cerca de los procesos previos al triunfo, no conocen los objetivos de gobierno, pero vienen trazados sus propios objetivos en los gobiernos. Escuchar sin perder el norte, el mandatario no debe

olvidar nunca cómo arrancó.

Es imperativo que el gobernante debe elegir a quién escucha y de quién se rodea. Tomar decisiones es de las tareas más difíciles detrás de un escritorio con contrato de mandato, y hay que tomarlas, tomar decisiones sencillas o complejas, en los plazos correspondientes, de lo contrario los procesos se pueden estancar y el tiempo implacable no perdona.

Clave es conformar grupos para liderar y monitorear tareas especiales, pues la cotidianidad administrativa absorbe la mayoría del tiempo de los funcionarios a cargo de carteras estratégicas. Contrastar opiniones es necesario, preguntar, indagar, teniendo en cuenta que

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cada actor ve las cosas desde su perspectiva, pero se logra mejor perspectiva con una mirada complementaria e integral.

Pronto surgirán los enemigos gratis, aunque creo que ya se divisan, los pseudoperiodistas, los terroristas de las redes y los extorsionistas también. Por ello comunicar en tiempo real es trascendental para evitar mensajes erróneos y falsas narrativas engendradas con fines de desprestigio, la estrategia comunicacional debe darse delineando el contenido institucional para no dispersar la atención ni confundir a los receptores, todo un reto, pero los buenos periodistas realizan de manera espontánea y objetiva su labor y eso ayuda.

Cautivar con resultados a los nuevos seguidores, coterráneos incluso a aquellos que no votaron por el candidato hoy elegido es una gran meta de corto plazo, que el pueblo se vea identificado con las ejecuciones de gobierno legitimará el mandato día a día.

Son cuatro años, cuando se comienza se cree que es mucho tiempo, pero pronto el paso del tiempo inclemente y voraz, mostrará que el reloj es dador escaso y hay que gestionarlo pues es una variable netamente humana y fuera del control total del hombre.

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El pueblo eligió a sus gobernantes y hay que dejarlos gobernar, ninguna persona puede tener más claro en su cabeza las metas, objetivos y compromisos del pueblo, el programa de gobierno defendido y la prioridad de agenda pública que el mismo Mandatario. Estos análisis serán los soportes del plan de desarrollo que se tramitará en las corporaciones y ajustar este documento cualitativa y cuantitativamente permitirá un mejor seguimiento y evaluación.

Estos 4 años todos y todas debemos rodear a nuestros gobernantes y desearles lo mejor en su gestión, si a los gobiernos les va bien, a los territorios y su gente también.

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