¿CULPA DE PETRO? Colombia se convirtió en una de las mejores económicas del mundo

Colombia cerró el tercer trimestre de 2025 con un crecimiento económico que sorprendió al mercado. El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó 3,6 %, la mayor expansión desde el final de la pandemia y por encima de las proyecciones de los analistas, que estimaban un avance cercano al 3,2 %. El resultado consolidó al país como una de las economías con mejor desempeño en América Latina este año.
El buen momento no pasó desapercibido a nivel internacional. De acuerdo con el semanario británico The Economist, Colombia fue la economía con mejor rendimiento de la región en 2025 y la cuarta con mejor comportamiento a escala global. Para el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, el crecimiento ha superado incluso las expectativas más optimistas, impulsado por el aumento tanto del consumo público como del privado.
Desde el sector financiero, el balance también es positivo. Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, señaló que la economía muestra señales más sólidas de lo que percibe la opinión pública, con una mejora sustancial en la cartera vencida y un repunte del consumo. En la misma línea, analistas como Nicolás Barone, de Deloitte, destacan que el país crece cerca de su potencial del 3 %, con una recuperación clara del consumo privado.
El mercado laboral acompaña este desempeño. La tasa de desempleo se ubicó en 8,2 %, el nivel más bajo registrado en el país. Aunque la informalidad sigue siendo alta, Ocampo subrayó que cerca de tres cuartas partes del crecimiento del empleo en 2025 corresponde a puestos formales, un dato que refuerza la lectura positiva del ciclo económico.
El contexto externo ha sido menos adverso de lo esperado. Pese a las tensiones políticas con Estados Unidos y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Colombia quedó sujeta al arancel general del 10 % para exportaciones a ese país y se benefició del alza en los precios del café. Además, la apreciación del peso frente al dólar ha generado efectos mixtos, con impactos negativos para algunos exportadores, pero alivios para sectores importadores.
No obstante, los expertos advierten riesgos estructurales. El déficit fiscal, que podría cerrar 2025 alrededor del 6,2 %, la debilidad de la inversión extranjera y la desaceleración de los sectores minero y petrolero generan alertas sobre la sostenibilidad del crecimiento. De cara a las elecciones presidenciales de mayo, los economistas coinciden en que el próximo gobierno deberá enfrentar ajustes fiscales complejos para mantener la estabilidad y la confianza de los mercados.