Hermanos Mucutuy sobrevivieron 40 días en al selva comiendo corozo
Los hermanos Mucutuy se alimentaron todo el tiempo que estuvieron en la selva de corozo y nunca estuvieron con el perro Wilson como se creía.
Un año después del accidente aéreo y hallazgo de los hermanos Mucutuy en la selva del Guaviare, la Aeronáutica Civil dio a conocer este jueves 2 de mayo más detalles de la sobrevivencia de los menores en estas condiciones. El relato de su odisea se teje con detalles desgarradores y gestos heroicos.
El coronel Miguel Ángel Camacho, director técnico de investigación de la Aeronáutica desentraña los momentos críticos que enfrentaron estos valientes infantes: no encontraron los kits de supervivencia lanzados desde el aire, nunca estuvieron con el perro wilson como se había creído y tampoco estuvieron con adultos durante su instancia en la selva.
Lesly, la mayor de los hermanos, mostró una madurez inusual para su corta edad. Ella llevó la cuenta de los días que estuvieron en la selva, donde le tocó lidiar con una herida en la cabeza que la dejó inconsciente tras el siniestro.
Su determinación se pone de manifiesto al liberar su pie atrapado en la silla del avión, donde también resultó herida su pierna, dejando un zapato en el avión y así comenzar la marcha junto a sus hermanos. Más adelante dejaría el otro zapato que ayudó a los soldados a seguir el rastro, al igual que un biberón, pañales, y un follaje que se convirtió en su refugio temporal.
Una vez se alejaron del lugar del siniestro, comenzaron la marcha hacia el río Apaporis, lo que demostró lo bien que se ubicaba Lesly en la selva. El camino hacia este río estuvo plagado de obstáculos. La joven, con una herida en la pierna, se vio obligada a arrastrarse durante días, cargando a su hermanita y usando tijeras y luego sus propios dientes para abrirse paso en la densa selva.
Al llegar al río, lograron pescar para alimentarse, pero, nunca se acostumbraron a comer pescado crudo, por lo que, durante toda su instancia, se alimentaron con corozo que caía de los árboles la mayor parte del tiempo.
Su valentía alcanzó su cenit cuando, al borde del agotamiento, se toparon nuevamente con el lugar del accidente y los cuerpos sin vida de los adultos. En ese lugar se cambiaron de ropa y se adentraron nuevamente a la selva.
A los pocos días encuentran un volante lanzado por los soldados que los buscaban “Quédense quietos en un solo sitio” y eso hicieron. Al día 30 se quedaron quietos en el sitio donde finalmente fueron encontrados”, indicó el director técnico de investigación de la Aerocivil.
El milagro llegó el 9 de junio, cuando un grupo de indígenas los encontró y la Fuerza Aérea los rescató, cerrando así un capítulo de angustia y desesperación.