Disfrutar responsablemente de una salud sexual y mantener hábitos saludables es el ideal; sin embargo, preste atención a las siguientes preguntas y síntomas de alarma que dan cuenta de cómo el sexo se convierte en una adicción, es entonces cuando debemos hablar de hipersexualidad.
“El término ‘hipersexualidad’ es poco conocido y en nuestra sociedad suele verse como algo positivo. Se relaciona con personas que disfrutan con pasión sobre el sexo porque normalmente suelen ser experiencias sexuales agradables, pero no es así”, advierte Leonardo Gómez Polania, jefe de Salud Sexual y Reproductiva del hospital Universitario Méderi.
Se trata de un impulso incontrolable de fantasías o conductas sexuales que provoca angustia en quien lo sufre y genera un malestar significativo en todos los ámbitos de la vida, quien lo padece pierde el control y voluntad, toma comportamientos similares a los de un ludópata o persona adicta al juego.
Consiste en un trastorno, aunque esta palabra a los pacientes no les gusta en absoluto. Sin embargo, es primordial hacer entender al enfermo que lo es para poder empezar a poner fin a su adicción.
Una persona hipersexual lleva una rutina sexual frenética en paralelo, pero puede no tener sexo con su pareja, Por eso se considera como una disociación entre lo emocional y lo físico.
Muchas personas disfrutan del sexo y necesitan practicarlo a diario, sean solas o en pareja. Es más, tener sexo es algo sano y provee de una serie de beneficios tanto físicos como mentales, pero si su práctica se convierte en un comportamiento obsesivo o un deseo incontrolable, puede constituirse en un signo de alerta.
Existen las adicciones sin sustancias estas son conocidas como las no químicas, son comportamentales o de la conducta, en las que no hay una relación directa con el alcohol, el tabaco o la cocaína. Aquí hay una conducta que se convierte en patológica en función ya sea de la intensidad, frecuencia o cantidad de dinero, tiempo y del grado de interferencia que significa para las relaciones familiares de estas personas implicadas.
Cuando revisamos el consejo nacional sobre la adicción y la compulsividad sexual, estas se describen como patrones crecientes y persistentes del comportamiento que se manifiestan a pesar de las consecuencias negativas para ellos mismos, los demás y hasta su pareja.
El tratamiento de la conducta sexual compulsiva generalmente comprende psicoterapia (también llamada “terapia del habla”), medicamentos y grupos de autoayuda. Este puede ser un paso muy complicado al tratarse de un tema tan personal. Sin embargo, se debe tener en cuenta que es completamente confidencial y requiere una atención.
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