
En medio del dolor y la impotencia que embarga a la familia bogotana que perdió a cinco seres queridos en la tragedia vial ocurrida en Magdalena, una noticia de vida, se convierte en la fuerza que los sostiene, tras este duro golpe.
La niña de ocho años que viajaba con sus padres y abuelos a Santa Marta con la ilusión de conocer el mar, milagrosamente se convirtió en la única sobreviviente de este siniestro que tuvo lugar en la zona Bananera.
Hermanos, primos y tíos se trasladaron al municipio de Ciénaga apenas se enteraron del trágico accidente.
Sin todavía poder creer como un viaje de vacaciones había tenido un desenlace fatal, el grupo de familiares se dirigió a la clínica a conocer el estado de salud de sus seres queridos que seguían con vida.
Como si no fuera suficiente saber que dos de los miembros de la familia habían muerto de forma instantánea en el choque, los parientes a su llegada, fueron recibiendo los peores partes médicos de los demás lesionados.
El pensionado de la Policía José Roberto Peña y su madre María del Carmen González quedaron muertos en el lugar del accidente. La esposa de José Roberto, identificada como Fanny Fany Estela Martin González, y su nuera, Karen Yorleny Dueña Roa, murieron horas después en la clínica.
Posteriormente se presentó el fallecimiento de Walter Peña, subintendente de la Policía e hijo de José Roberto Peña.
Pero como si se tratara de un milagro, la familia fue comunicada que la niña de ocho años, hija de Walter y Karen, seguía con vida y su pronóstico era positivo.
La menor iba en las piernas de sus padres dormida y, a pesar del violento impacto que sufrió el vehículo que se desplazaba con un camión, no tuvo una afectación tan grave que pusiera en riesgo su vida.
Luis Dueña, padre de Karen, visiblemente golpeado por la muerte de su hija, no sale del asombro por lo sucedido.
Asegura que todos los que iban en el vehículo Chevrolet Spark estaban muy emocionados con este viaje que desde hace tiempo deseaban hacer, pero faltaba que tuvieran la disponibilidad en sus trabajos y obligaciones.
“Cuando por fin se dieron las cosas y pudieron organizar las vacaciones a Santa Marta, sucede esta tragedia tan grande que nos tiene el corazón destrozado”, señala Luis.
En este viaje a la capital del Magdalena, la niña y su abuela cumplirían el sueño de conocer el mar.
Por eso lo que más llena de rabia y frustración al padre de Karen, es que Santa Marta, el destino que habían elegido para vacacionar, ya estaba muy cerca del sitio donde se estrellaron de frente con un camión.
“No sé qué pudo pasar porque José Roberto es muy prudente manejando. Quizás se confió y no vio el automotor que iba en el otro carril. Realmente no entendemos y es difícil de creer la forma como ocurrió este accidente tan absurdo”, cuenta Luis Dueña.
El hombre, todavía sin resignarse a la muerte de su hija, ahora concentra toda su atención y esperanza en el estado de salud de su nieta de ocho años que fue la única sobreviviente del accidente.
“Los médicos dicen que está bien, tiene traumas en el cuerpo, pero nada de consideración. Confiamos que se recupere físicamente muy pronto y pueda regresar con nosotros a su ciudad de origen”, sostuvo el familiar.
Este martes, la menor de ocho años fue trasladada a un hospital en Santa Marta para que continúe con su recuperación que hasta el momento es satisfactoria.
De igual manera se le brindará a ella y al resto de la familia acompañamiento psicológico para que logren asimilar la muerte de la mejor manera de sus cinco familiares.
Tomado de : El Tiempo