
Tras aparecer en un video atracando un bus, Luis Carlos Álvarez Rivera, fue capturado en Barranquilla, tenía la biblia en una mano y en la otra, un arma para atracar buses.
Álvarez se hizo conocer porque dijo en un testimonio en un canal cristiano que Dios lo había curado del homosexualismo, del Sida y que había cambiado completamente.
Tanto así que fue invitado en 2017, por la comunidad a la que pertenecía a expresar su “experiencia de vida” en televisión en vivo, por la obra hecha en su persona. Por ese relato, el joven recibió comentarios positivos.
En el testimonio, el hombre dijo que “la raíz de todos los males es el amor al dinero”. “Comencé a delinquir, entré a la cárcel por hurto, aquellos amigos homosexuales se olvidaron de mí y me dieron la espalda”, relató.
El hombre de 25 años se convirtió en uno de los testimonios más comentados, porque la gente valoró en su momento ese arrepentimiento. Álvarez se autoproclamaba como profeta y tenía sus seguidores, que no miraron más allá de sus palabras ni tampoco de sus actos.
Contó que pagó cárcel por hurto y también lo requerían por homicidio y que fue herido de muerte.
Lo que no contaba a su comunidad era que de corazón no estaba curado porque sucumbió al pecado de robarle a un prójimo, como él mismo dice en su testimonio escuchó al diablo y se apartó de los caminos de Dios. Hoy está tras las rejas.
Tomado de Cereté hoy