Opinión

Montería sigue brillando como epicentro del turismo de eventos

Por: Edgardo Miguel Espitia Cabrales

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Cuando pienso en Montería, mi corazón se llena de orgullo. Las Fiestas del Río 2025, que acabamos de celebrar, no solo fueron una explosión de alegría y cultura, sino también un reflejo del inmenso potencial que tiene mi ciudad para brillar como un referente de progreso, convivencia y dinamismo económico.

No puedo evitar emocionarme al ver cómo esta tierra, bañada por nuestro imponente río Sinú, se consolida como un ejemplo de lo que se puede lograr cuando la institucionalidad, la ciudadanía y la fuerza pública trabajan de la mano.

Este año, las Fiestas del Río reunieron a más de 45.600 personas en siete eventos principales que hicieron vibrar a la ciudad. No fue solo una celebración; fue una inyección de vida para nuestra economía. Las cifras hablan por sí solas: $1.793 millones en ventas, 2.690 empleos generados —1.300 directos y 1.390 indirectos—, y un impacto directo en el bolsillo de 533 vendedores ambulantes que sumaron ingresos por $319 millones.

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El comercio formal, por su parte, reportó ganancias de $1.473 millones. Estos números no son solo estadísticas; son historias de familias monterianas que encontraron en las fiestas una oportunidad para crecer, soñar y prosperar.

Pero más allá del impacto económico, lo que realmente me llena de esperanza es la transformación que estamos viviendo en materia de seguridad. Durante los días de las fiestas, del 29 de mayo al 7 de junio, Montería demostró que es posible disfrutar en grande y en paz. Los homicidios intencionales cayeron un 67%, los hurtos a personas un 78%, la violencia intrafamiliar un 60% y, lo que más emociona es que las lesiones en accidentes de tránsito se redujeron en un 100%.

Estos datos no son casualidad. Son el resultado de un esfuerzo colectivo, de un compromiso entre las autoridades y una ciudadanía que, como yo, cree en el poder de la convivencia.

Estas Fiestas del Río fueron, además de una celebración cultural, un ejemplo de organización, dinamismo económico y convivencia ciudadana. Caminar por las calles de Montería durante esos días fue sentir el pulso de una ciudad viva, donde la música, el arte, la cultura y el talento local se mezclaron con el respeto por los espacios públicos y el orgullo de ser monteriano. Fue una fiesta donde todos, desde los artistas hasta los vendedores, desde los policías hasta los asistentes, pusimos nuestro grano de arena para que el resultado fuera inolvidable. ¡Y sí que lo fue!

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Montería está demostrando que no solo sabe celebrar, sino que tiene la capacidad de transformarse. Somos una ciudad que combina la calidez de nuestra gente con una visión de progreso que no deja a nadie atrás. Las Fiestas del Río son solo una muestra de lo que podemos lograr cuando nos unimos.

Imagino un futuro donde este espíritu de colaboración y alegría se extienda a cada rincón de la ciudad, donde sigamos construyendo un espacio en el que la cultura, la seguridad y la prosperidad sean el sello de nuestra identidad.

Como monteriano, me siento más comprometido que nunca con mi ciudad. Las Fiestas del Río 2025 no solo nos dejaron recuerdos felices, sino una certeza: Montería tiene un potencial inmenso, y está en nuestras manos seguir haciéndolo brillar. Sigamos celebrando en paz, con orgullo y con la convicción de que juntos podemos construir la ciudad que soñamos.

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