Opinión

El motor de la descentralización inicia desde las regiones

Por Carlos Ordogoitia Sanín

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La descentralización es fundamental en la agenda política de Colombia, particularmente en cuanto a la distribución de recursos y el fortalecimiento de los municipios. La organización catastral del territorio emerge como una herramienta clave que puede transformar la capacidad de gestión de los territorios y promover un desarrollo más equitativo. Esta organización permite comprender mejor las complejidades del entorno y descubrir nuevas oportunidades para fortalecer los planes de desarrollo, los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) y otras herramientas de gestión de bienes raíces, asegurando que las contribuciones de los ciudadanos se traduzcan en beneficios tangibles para ellos.

En Montería, bajo esa visión, implementamos con éxito esta gestión, la cual ya está comenzando a mostrar resultados positivos. Indudablemente, el catastro multipropósito se consolida como un paso crucial hacia un país más descentralizado y menos dependiente. Es urgente que todos los municipios lo adopten, no solo como un registro de propiedades, sino como un eje fundamental para el desarrollo territorial y social. Estableciéndose así como una hoja de ruta indispensable para una planificación integral que ofrezca una radiografía precisa del territorio para una gestión eficiente.

Si no se actúa de esta manera, los municipios continuarán enfrentando dificultades en la administración de recursos y limitaciones para planificar de forma sostenible y equilibrada, lo que los llevará a seguir dependiendo del gobierno central. Este escenario perpetúa la falta de solución a los problemas reales que afectan a las comunidades, desvía la inversión y frena la generación de empleo, además de ralentizar avances en infraestructura, servicios públicos, educación y deporte.

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La autonomía territorial es crucial para resolver deudas históricas con comunidades vulnerables. Al identificar los lugares del territorio, sus propietarios, y conocer con precisión la situación económica de la población, se podrán implementar políticas públicas que realmente beneficien a la comunidad, generando así bienestar y oportunidades.

Este enfoque multipropósito puede provocar un verdadero cambio en las regiones, permitiendo culminar con éxito programas y proyectos que satisfagan las necesidades de los colombianos, las cuales han sido desatendidas por años debido a la falta de recursos y las complejidades del sistema centralista.

Ordenar el territorio de manera eficiente transforma el panorama, genera esperanza y promueve un desarrollo más justo y equilibrado. Asegura la inversión social en el país y el futuro de nuestras comunidades, implementando una fórmula perfecta de responsabilidad local y administración efectiva de los recursos provenientes del nivel central. Ahora más que nunca, la descentralización brinda a las regiones del país la posibilidad de tomar el control de su presente y futuro.

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