Opinión

Perdón sin olvido

Por Jairo Torres Oviedo

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Rector de la Unicor

En la carta encíclica, Fratelli tutti (hermanos todos), el papa Francisco reflexiona sobre la fraternidad y la amistad social. El santo padre retomando a San Francisco de Asís invita a un amor que no tiene barreras geográficas. En dicha encíclica, declara feliz a quien ame al otro. Pertinente y actual en estos momentos de desencuentros, polarización y odios extendidos. Al respecto, el papa medita sobre los caminos del reencuentro; haciendo referencia a que, hacen falta caminos de paz que ayuden a cicatrizar las heridas de la guerra; esta iniciativa es algo muy necesario en la sociedad colombiana, donde han sido pocos los avances para superar el dolor causado por una violencia degradada, impidiendo alcanzar la verdad, la justicia, reparación y reconciliación.

Por ello, el papa, propone el perdón sin olvido; indicando: “No se trata de proponer un perdón renunciando a los propios derechos ante un poderoso corrupto, ante un criminal o ante alguien que degrada nuestra dignidad. Estamos llamados a amar a todos, sin excepción, pero amar a un opresor no es consentir que siga siendo así; tampoco es hacerle pensar que lo que él hace es aceptable. Al contrario, amarlo bien es buscar de distintas maneras que deje de oprimir, es quitarle ese poder que no sabe utilizar y que lo desfigura como ser humano. Perdonar no quiere decir permitir que sigan pisoteando la propia dignidad y la de los demás, o dejar que un criminal continúe haciendo daño. Para ello, se debe exigir justicia, para que el daño no siga repitiéndose y el perdón no solo anula esa necesidad, sino que la reclama”. El papa Francisco hace énfasis en el perdón, como una forma de superar la venganza; por cuanto está enferma el alma personal y social, señalando “Nadie alcanza la paz interior ni se reconcilia con la vida de esa manera. No podemos ponernos de acuerdo y unirnos para vengarnos, para hacerle al que fue violento lo mismo que él nos hizo, para planificar ocasiones de desquite bajo formatos aparentemente legales. Así no se gana nada y a la larga se pierde todo”. Esta reflexión papal describe lo que ha sido la sociedad colombiana; saturada de odios y venganzas.

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En este sentido, el papa Francisco enfatiza: “A quien sufrió mucho de manera injusta y cruel, no se le debe exigir una especie de perdón social”. La reconciliación es un hecho personal, y nadie puede imponerla al conjunto de una sociedad, aun cuando deba promoverla. Es humano comprender a quienes perdonan y a los que no pueden hacerlo. En todo caso, lo que jamás se debe proponer es el olvido. Es necesario perdonar sin olvidar; porque el olvido, es la negación de la memoria histórica. En este orden de ideas, el papa reflexiona diciendo: “Los que perdonan de verdad no olvidan, pero renuncian a ser poseídos por esa misma fuerza destructiva que los ha perjudicado”.

En cuanto a lo anterior, esperamos que la llegada del exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso permita conocer realmente la verdad sobre sus crímenes; para que, de esta forma, exista justicia y reparación, y no seguir inculcando en la sociedad, la energía de la venganza que tarde o temprano termina recayendo una vez más sobre quienes la difunden.

 

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