Cartagena se hunde, 4 sectores desaparecerán con el tiempo
Cartagena se está hundiendo y el mar se la está tragando. Basta con ver cómo en los últimos días las inmensas olas han traspasado al perímetro urbano cerca al Centro Histórico y con fuerza han amenazado con arrasar todo a su paso. Pese a que esto se debe al fenómeno de mar de leva, hay una realidad y es que desde 1950 el nivel del mar ha subido de manera constante, según el Observatorio para la Gestión Ambiental de la ciudad.
De hecho, el Proyect Basic (Basin Sea Interactions with Communities), liderado por científicos de las universidades EAFIT, de Cartagena y de Los Andes, advierte que el nivel relativo del mar en la zona costera ha estado subiendo 7.02 mm cada año desde el 2000. Siendo esta “una tasa de ascenso que es más del doble de la velocidad del ascenso del nivel del mar global”.
Pero esto no es coincidencia. Al ser una ciudad costera, ubicada a orillas del mar Caribe, la capital de Bolívar ha enfrentado las variaciones climáticas y sus consecuencias. Según el Observatorio para la Gestión Ambiental de Cartagena, los principales fenómenos climáticos que la amenazan permanente son: la elevación del nivel del mar, la erosión costera y eventos extremos como mares de leva, lluvias torrenciales y veranos intensos.
Estos, históricamente, “han causado desastres y daños a los habitantes, a las actividades económicas y al patrimonio histórico”. ¿Lo grave? La entidad aseguró que, según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, “se espera que aumente la frecuencia e intensidad de dichos fenómenos” y los impactos “pueden ser significativamente mayores” si las autoridades pertinentes no toman medidas pronto.
Un panorama crítico para 2040
Para 2040 hay una alerta. Según el observatorio, en un escenario pesimista, los científicos estiman que, según las amenazas del cambio climático, el aumento en el nivel medio del mar sería de 15 a 20 cm. Esto traería consecuencias como:
- Pérdida paulatina de grandes áreas de terreno y extensión de las inundaciones ocurridas durante los periodos invernales.
- Pérdida del patrimonio ecológico y retroceso de playas.
- Daños en viviendas, patrimonio histórico y cultural, infraestructura vial, portuaria e industrial.
