Ruta del Marañón estrategia de desarrollo para fortalecer la región

Por : CARLOS ANDRÉS RODRIGUEZ MONTH
INGENIERO AGROINDUSTRIAL
ESP, GERENCIA DE PROYECTOS, GERENCIA DE LA HACIENDA PUBLICA
MSG GOBIERNO DEL TERRITORIO Y GESTIÓN PÚBLICA
El desarrollo local sostenible a través de la agricultura puede ser uno de los pilares fundamentales para el progreso de los territorios. El Municipio de Chinú, Córdoba, Colombia, es una región con dificultades por la amplia brecha socioeconómica que viven sus habitantes. Según los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas del año 2020, la situación de pobreza multidimensional alcanzó el 45,3% distribuido de la siguiente manera, la zona rural con un 56,5% y en la zona urbana con un 32.7% en una población total de 49.422 Habitantes.
Para combatir los niveles de pobreza en los corregimientos de la zona denominada sabanas (Chorrillo, la Pilona, Carbonero, Pisa Bonito, Garbado, Flechas Sabanas, Santa Fe y el Deseo) sus habitantes han visionado en el cultivo del marañón una fuente de generación de ingresos a través de la agricultura sostenible y la auto organización de las comunidades, impulsados por asociaciones y alianzas público privada.
El municipio de Chinú, Córdoba, corresponde mayormente al sector primario de la economía en el que sobresale la ganadería extensiva con un 90% del total de la tierra y la agricultura con una pequeña participación del 5.6%, el suelo es mayormente árido con un PH bajo. La zona rural denominada Sabanas, es particularmente seca y con bajas precipitaciones anuales. La rudeza del clima, sumado a la pobreza de los suelos que los hacen no aptos para la mayoría de los cultivos transitorios, y, las desigualdades en la tenencia de la tierra, constituyen los principales obstáculos para el progreso de la población de escasos recursos.
A lo anterior se suma que el número de familias desplazadas que llegan al territorio; la poca capacidad de generar empleo y la violencia que azota la región, hace que las familias padezcan una carencia dramática de las necesidades básicas.
El cultivo del marañón se ha constituido en una respuesta para los campesinos y las familias de la zona Sabanas. El marañón, también conocido como anacardo o merey, es una nuez muy apetecida en el mercado internacional debido a su sabor y sus propiedades nutricionales, el precio que se comercializa es competitivo y, además, que todas las partes de la planta son aprovechables comercialmente.
A pesar que la zona presenta suelos franco-arenosos con bajo contenido en nutrientes, lo cual es un limitante para la gran mayoría de cultivos, en el caso del marañón se ha demostrado que el suelo es supremamente óptimo para este tipo de siembra.
Así lo han entendido los habitantes de estos poblados, que han encontrado en este fruto una fuente de sostenimiento. Por muchas circunstancias los habitantes de dichos corregimientos, están organizados en asociaciones, entre las más significativas encontramos Asopromasab. El gobierno nacional a través del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, dio inicio al programa de alianzas productivas como un instrumento para generar ingresos, crear empleo y promover la cohesión social de las comunidades. Todo esto amigablemente sostenible con el ambiente, y, en asocio con empresas del sector privado que actúan como aliados comerciales.
De esta manera los campesinos, apoyados por la alcaldía de Chinú, la Gobernación de Córdoba, la ONG Sodeagro LTDA y el empresario Hernando Vergara Dávila presentaron el primer proyecto de alianzas productivas al ministerio de Agricultura para el año 2005, aprovechando que en la zona existían unos predios de propiedad de la Gobernación, los cuales estaban convertidos en rastrojos, pero allí se desarrollaba de manera perfecta el cultivo. Es así como surge la primera alianza productiva en la región y comienza a vislumbrarse una esperanza. De esa la primera experiencia con asopromasab, para el año 2005, estaban establecidas 200 hectáreas con unos rendimientos de producción excelentes. A partir del año 2005 se construyó la planta procesadora de Marañón (Marañones de Colombia) quien encontró como aliado comercial la Compañía Nacional de Chocolates, quien además fortaleció el cultivo en la región surgiendo nuevas plantaciones, lo que garantizaría la operatividad de la planta. Dadas estas condiciones de siembra en la zona se ha desarrollado una agroindustria para el procesamiento, no sólo de la nuez, que es el principal producto, sino además de varios subproductos obtenidos del marañón, como el jarabe o el dulce. Estas asociaciones y el apoyo de grandes compañías con vasta experiencia en la producción de alimentos garantizan que el producto va a recibir un proceso respaldado por varios años de experiencia.
Posteriormente para el año 2008 En una nueva convocatoria de Alianzas productivas surge Asomarañón quien toma la experiencia de Asopromasab con lo que se incrementa el área de siembra y procesamiento de la nuez en dicho territorio. Es de esta manera que Asomarañon, al Igual que Asopromasab surgieron hace más de una década en medio de la escasez laboral y la falta de oportunidades para generar ingresos creando una fuente alternativa a la que ahora se le debe su sustento. Es tal el éxito de este emprendimiento que NUTRESA (Antigua Nacional de Chocolates) ha desarrollado una serie de encuentros para compartir técnicas, impulsar la producción, incentivar la inversión y agregar valor al producto.
De igual manera la CAR regional CVS ha venido apoyando estas iniciativas verdes, fortaleciéndolas institucionalmente como productos que generan un impacto ambiental positivo ya que incorporan buenas prácticas ambientales, sociales, económicas y contribuye a la conservación del ambiente como capital natural que soporta el desarrollo del territorio.
Sin lugar a dudas estas iniciativas y toda la pujanza de los habitantes de dicha región se convierten en un modelo de gobernanza a seguir en los que se evidencia la gestión social integral, la unión de sus habitantes, la capacidad de asumir el papel de comunidad constructora de oportunidades, transformadora de realidades sociales y la participación ciudadana en el marco del emprendimiento.
No obstante, se requiere una ruta de intervención “la Ruta del Marañón” que permita mejorar el nivel de vida de la población, para ello es importante que los distintos Niveles del Gobierno fortalezcan su inversión social en dicho territorio de esta manera se cerrarán brechas sociales existentes y a su vez se disminuyen los niveles de pobreza de la región.