Opinión
Unicórdoba 57 años

POR JAIRO TORRES OVIEDO
Rector Universidad de Córdoba
El pasado 6 de abril, la Universidad de Córdoba, alma mater de los cordobeses cumplió 57 años de vida institucional; más de cinco décadas al servicio de la educación pública superior; efemérides, que sin duda alguna amerita celebrarse.
Esta celebración nos permite hacer una reflexión acerca del trasegar de una institución que nació de los sueños e ideales de su fundador: Don Elías Bechara Zainúm, quien, con su idea inspiradora de crear una universidad, logró en ese momento histórico congregar seguidores que la impulsaron en la construcción de un proyecto para el desarrollo social del departamento de Córdoba.
Por ello, es necesario en la celebración de un año más de vida de Unicórdoba, pensar lo que ha sido el caminar de la Universidad; la misma que contribuyó a trazar y configurar el presente del Departamento, lo que se ha podido lograr desde una dimensión trascendental: la transformación humana y social soportada en la ciencia, el saber y el conocimiento.
Por lo anterior, sería importante hacer memoria histórica del desarrollo de este transitar académico en pro de las presentes generaciones, para que puedan, no solo observar, sino pensar, cómo los ideales y pensamientos transformadores se materializan con el tiempo; porque la Universidad de Córdoba, representa la materialización de una visión nacida del pensamiento de su ilustre fundador.
Recordar, cómo desde la adversidad, dificultades y obstáculos, se pudo impulsar y jalonar la génesis y evolución de nuestra Universidad; no obstante, en medio de estas vicisitudes inherentes a su trasegar, se forjó el carácter e identidad que nos define como Unicordobeses.
No está de más recordar, que en filosofía moral existe un principio que indica que, lo que está en el origen de las cosas, tiende a permanecer en el tiempo.
Cabe señalar que, Unicórdoba ha sido hecha a pulso, forjada en medio de infortunios, carencias, conflictos, desencuentros y tensiones; muchas de ellas, violentas y dolorosas; pero, a pesar de todo hemos mantenido el pulso y continuado el camino coherente con los principios que hacen parte de nuestro origen; por esa razón, hay que inmortalizar en estos 57 años de vida institucional la perseverancia y tenacidad del nuestro fundador; quien propició el inicio de labores académicas en las aulas de clase del Colegio Nacional José María Córdoba.
En esta institución educativa funcionamos durante cuatro meses; hasta el día en que fuimos lanzados.
Dicho suceso se dio, porque se temía que la Universidad se apropiara de dichas instalaciones educativas; pero, la tenacidad de don Elías Bechara, de no claudicar frente a la adversidad y mantener firmeza en el proyecto que estaba en desarrollo; la Universidad se trasladó para la Plaza de Feria; en ese lugar se pudo adecuar un espacio formado por salones rectangulares que fueron dividido por láminas de madeflex para una mejor distribución del sitio ocupado; en esta infraestructura se continuó con las actividades académicas de los programas de Medicina Veterinaria e Ingeniería Agronómica; programas académicos con los que nació la Universidad de Córdoba, estos, respondían a la vocación productiva del Departamento.
En este lugar permanecimos durante cuatro años; hasta lograr, con esfuerzos financieros a través de créditos gestionados por Don Elías Bechara, comprar lo que para la época era la hacienda Nueva York; con una extensión de 64 hectáreas de tierra; lugar en el cual, se encuentra actualmente la Universidad de Córdoba.
En estos inicios, no existía opulencia, ni lujos, ni comodidades; sino principios, convicciones y una fe inquebrantable en un proyecto de desarrollo institucional propio, nacido en territorio cordobés y concebido desde una mente lucida y visionaria que entendió y concibió la educación como la fuerza transformadora que debía impulsar y jalonar el desarrollo del naciente Departamento de Córdoba, y, al mejor estilo socrático, el tiempo le dio la razón. De esta manera se sentaron las bases y rieles por donde ha venido avanzando la Universidad durante estos 57 años.
Es esta la ocasión para reconocer y exaltar el trabajo y aporte de rectores, profesores, estudiantes y trabajadores que durante todos estos años han hecho posible la construcción de este proyecto educativo que ha formado 44 mil profesionales en distintas disciplinas científicas; que tiene una cobertura estudiantil de 18 mil estudiantes matriculados, 306 profesores de planta; de los cuales el 30% tienen título de doctorado; 32 programas académicos de pregrado, 22 programas de maestría, 5 doctorados, 41 grupos de investigación, 88 convenios internacionales, 150 laboratorios, 720 trabajadores y presencia en distintas regiones del Departamento. Además, nuestra proyección científica, nos permite mostrarnos en gran parte del territorio nacional; donde aportamos desde nuestra capacidad científica y humana para la solución de problemas que afectan las condiciones de vida de las comunidades.
El presente de la Universidad de Córdoba reafirma los principios concebidos por nuestro fundador; tanto a él, como a todos los que hicieron posible este proyecto de transformación social y humano; las presentes generaciones expresamos nuestra gratitud eterna por haber concebido y dejar como legado el alma mater de los cordobeses; el bien público social más valiosos de este Departamento.
Ahora, nos corresponde a quienes hacemos parte de esta generación, quienes tenemos el honor y la responsabilidad de continuar este legado; mantenerlo a flote y, como decía nuestro fundador: “se ha encendido una llama, no permitamos que se apague”; y, como reza en nuestro himno Unicor, “eres grande y nos haces mucho honor, a Dios pedimos te guarde para bien de la nación”.
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