El Emprendimiento como Terapia: Liderar un Proyecto Puede Fortalecer tu Salud Mental
Por: Mariangela Del Rosario Mercado
En el conversatorio MUJERES EMPRENDEDORAS realizado el pasado sábado en el marco de la Feria Genesis Centro Comercial Nuestro, uno de los participantes tomo el micrófono y formuló esta pregunta: ¿Puede un emprendimiento contribuir a la salud mental? Lo cual me hizo recordar uno a uno a los muchos emprendedores que durante estos años me han contado como sus proyectos les han ayudado a superar episodios de ansiedad, depresión e incluso a manejar el estrés de la vida cotidiana. Y es cierto, aunque emprender involucra de por si un nivel de estrés permanente por las múltiples tareas que deben realizarse en el desarrollo de un negocio que aún no tiene estructura o solidez para contratar personal, dedicarnos con pasión a algo propio y que elegimos voluntariamente se convierte en una alternativa terapéutica y motivante para canalizar y manejar nuestras emociones.
El emprendimiento va más allá de la simple creación de un negocio; puede convertirse en una herramienta poderosa para mejorar la salud mental de quienes lo lideran. A menudo, se considera que emprender es una vía para alcanzar el éxito financiero, pero para muchos, también se convierte en un camino hacia el bienestar emocional y psicológico.
Uno de los beneficios más destacados del emprendimiento es la autonomía que proporciona. Los emprendedores tienen la libertad de tomar decisiones, establecer sus propios horarios y definir la dirección de su proyecto. Esta independencia puede ser un potente antídoto contra el estrés y la ansiedad, especialmente para aquellos que buscan escapar de situaciones laborales o personales que les resultan insatisfactorias. Tener un propósito claro y trabajar hacia objetivos personales también puede proporcionar un sentido de realización y significado, aspectos cruciales para una buena salud mental.
El proceso de emprender está lleno de desafíos y aprendizajes. Cada obstáculo y cada éxito contribuyen al desarrollo de habilidades nuevas, desde la gestión del tiempo hasta la resolución de problemas. Esta continua evolución no solo mejora las competencias profesionales, sino que también fortalece la resiliencia. Superar desafíos y adaptarse a cambios genera confianza en uno mismo y una mayor capacidad para manejar el estrés, factores que son fundamentales para mantener un equilibrio emocional saludable.
El emprendimiento, las ferias, las capacitaciones y todas las actividades en torno a el, ofrecen la oportunidad de crear conexiones significativas. Al interactuar con clientes, socios y otros emprendedores, se construyen redes de apoyo que pueden ser fuente de compañía y aliento. Estos vínculos sociales son esenciales para combatir sentimientos de aislamiento y soledad, que a menudo afectan la salud mental. Además, compartir experiencias y desafíos con otros puede proporcionar un sentido de comunidad y pertenencia.
El emprendimiento permite una alta dosis de creatividad y autoexpresión. Desde diseñar productos hasta crear estrategias de marketing, los emprendedores tienen la oportunidad de canalizar sus ideas y pasiones en su trabajo. Este proceso creativo no solo es gratificante en sí mismo, sino que también puede servir como una forma de terapia, ayudando a liberar tensiones y a mejorar el estado de ánimo.
Emprender no solo se trata de construir un negocio, sino también de cultivar un espacio en el que el bienestar mental puede florecer. La autonomía, el desarrollo personal, las conexiones sociales y la expresión creativa son aspectos que contribuyen a un equilibrio emocional positivo, demostrando que el camino del emprendimiento puede ser, en muchos casos, un viaje hacia una mejor salud mental.
“La salud es la mayor posesión. La alegría es el mayor tesoro. La confianza es el mayor amigo.”
Lao Tzu