Opinión

“Los fantasmas de cada 4 años: Promesas políticas incumplidas y su impacto en las comunidades necesitadas”

Por: Kevin Morales

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En cada ciclo electoral, presenciamos una repetición constante de un fenómeno que podríamos llamar “los fantasmas de cada 4 años”. Estos fantasmas no son seres sobrenaturales, sino políticos que aparecen durante las campañas electorales con promesas grandiosas y compromisos que,
desafortunadamente, rara vez se hacen realidad una vez que alcanzan el poder.

Según un estudio realizado por la organización Ciudadanos al Día en Colombia, se estima que solo el 6% de las promesas electorales hechas
por los políticos se cumplen realmente. Esto significa que el 94% de las promesas formuladas durante las campañas electorales se quedan en meras palabras, sin impacto real en la vida de las comunidades más necesitadas.

Es triste constatar cómo el impacto político sobre las comunidades más necesitadas es profundo. Según el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en Colombia, en la región de Córdoba, el 48.5% de la población vive en situación de
pobreza multidimensional. A pesar de esto, los avances en reducción de la pobreza y desarrollo social en los últimos 20 años han sido mínimos.
El informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Córdoba ha mostrado un crecimiento lento y limitado. En el informe más reciente, Córdoba se encuentra por debajo del promedio nacional en términos de desarrollo humano, evidenciando la falta de avances significativos en la calidad de vida de sus habitantes.

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Los partidos políticos, por su parte, a menudo tienen una visión miope y a corto plazo de nuestros municipios y departamentos. Sus estrategias están centradas en mantenerse en el poder y asegurar sus propios beneficios, en lugar de enfocarse en el desarrollo sostenible y a largo plazo de nuestras comunidades. Esto se refleja en la falta de inversión en proyectos de infraestructura, educación y salud, así como en la persistencia de la corrupción en el ámbito político.

Ante esta realidad desalentadora, es crucial preguntarnos qué propuestas reales pueden llevarse a cabo para devolverle la esperanza a los ciudadanos. Un enfoque efectivo es fomentar la participación ciudadana activa en la toma de decisiones y en el seguimiento de los compromisos políticos. Además, se requiere una mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos, con mecanismos de rendición de cuentas que
aseguren que los fondos asignados a programas sociales realmente beneficien a quienes más lo necesitan.

En conclusión, es hora de dejar atrás los fantasmas de cada 4 años y construir una realidad política más comprometida con el bienestar de las comunidades necesitadas.

Los políticos deben ser conscientes de la responsabilidad que tienen hacia aquellos que más lo necesitan y enfocarse en propuestas concretas que generen un verdadero impacto en la sociedad. Solo así se podrá devolver la esperanza a los ciudadanos y construir un futuro más justo y equitativo
para todos.

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