Opinión

El disfraz de pobreza, el más vendido en campaña

Alzamos la voz, decimos que somos diferentes, hablamos de los demás. Buscamos cualquier excusa para poner un trino y decir que los demás no valen un peso. Esto solo muestra la descoordinación mental entre lo que se dice y lo que se hace, en el sentido de la baja construcción de ideas concretas.

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Mientras algunos jóvenes queremos salvar el mundo, otros solo tienen capacidad de destrucción, sin capacidad lógica y fuera de los márgenes de la realidad. La incapacidad de pensar, con el hígado, los vuelve esclavos de los gritos. Los atentados en contra de la moral de los otros son sus únicas armas, los hace escapar de la racionalidad y los lleva a los instintos, qué tal como los animales, solo saben defenderse o huir, más no, construir con lógica.

Parece que los planes programáticos llenos de vitalidad e ideas sólidas son el apartheid de estos tiempos en política. A todos esos jóvenes, los invito a leer, a qué descubran que existe un mundo real, donde se necesitan propuestas, acciones y más, no muestras descerebradas de bajo sentido común.

La incoherencia es su mayor bandera, critican a los terroristas y construyen la política a través de las balas de la ofensa. Creo entender por qué sábados Felices está perdiendo su audiencia, ahora los payasos están en la política.

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Siempre se ha criticado a quien nunca ha estado abajo en condiciones económicas, porque al querer llegar al poder solo falta que se pongan los suéteres rotos y más, y los jóvenes en un intento de cambio terminan haciendo lo mismo. Terminan expresando que vienen de abajo, llaman a los otros oligarcas, desconociendo la magnitud gramática y social de dicha palabra, y les falta vestirse de mendigos.

A esos que dicen llevar las banderas de los jóvenes de estratos bajos del departamento, pero nunca comieron de un PAE, no supieron lo que era pedirle un poquito más a las señoras que servían la comida, nunca entendieron que era el hacinamiento en un salón de clases, donde estaban 40, pero cabían 25, donde había 4 ventiladores y solo dos funcionaban, donde la muestra más cercana a un sauna era el bello sol y temperatura de las 2:00 de la tarde, pero no saben lo que era quedarse sin comer en el colegio, no entienden lo que fue esforzarse el doble porque sabían que no tenían con qué pagar la universidad, aquellos que nunca vieron zapatos rotos, pantalones ajustados, camisetas amarillas y más, no vengan a decir que representar a aquellos que sí pudimos comer heces con la alegría de que el mañana sería mejor.

Ustedes no saben nada, están perdidos y simplemente son lobos escondidos detrás de un disfraz de corderos. Me gusta mucho ese disfraz de pobreza, y más, el triunfalismo con el que se lo ponen, pero recuerden que el día de los disfraces es solo uno, y está justo después de las elecciones.

 

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