Nilson Rodríguez Obrador, mejor conocido como “Monedita”, murió este sábado 1° de octubre a sus 38 años, tras haber perdido su vida, deambulando por las calles, víctima de la maldad y la injusticia.
Para quienes no lo recuerdan, “Monedita” tenía 22 años y una vida por delante cuando fue acusado, injustamente, de haber participado en el asesinato del estilista Enrique Hernández de 22 años y quien apareció muerto dentro de su casa en el barrio Los Garzones.
En aquel momento una mujer aseguró haber visto a Rodríguez Obrador en la escena de crimen, por lo que fue acusado y encarcelado, a pesar de que el joven gritaba su inocencia.
Como si su destino hubiese estado marcado por la desgracia, comenzado a vivir, y siendo inocente, a “Monedita” lo mandaron a la cárcel, donde le partieron los brazos, fue violado, golpeado, torturado y obligado a consumir bazuco.
Para cuando Nilson quiso recuperar la libertad y la Fiscalía Cuarta de la Unidad de Vida reconoció el error, ya era tarde. El joven ya estaba preso de las drogas y con trauma que lo hizo perder la razón.
Aún se desconoce por qué aquella mujer mintió, perjudicando a Nilson, tampoco se sabe si la conciencia la ha dejado dormir, sobre todo ahora, que murió convulsionando en la calle 43 del barrio Sucre.
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Como si haberle arrebatado su vida y su salud mental no hubiera sido suficiente, luego de haber recuperado su libertad, los padres del joven, Santos Felipe Rodríguez Borja y Rosalba Obrador Olaya, ambos adultos mayores, aceptaron la supuesta ayuda de un abogado, que terminó robándose el dinero que el estado pagó como indemnización por haber encerrado injustamente a “Monedita”.
El periodista Rafael Anzoátegui, quien ha seguido este caso desde sus inicios, recordó que el abogado Roberto Clemente Baquero Bettín le ganó la demanda al estado, entregándole a la familia una cantidad irrisoria.
Fue tan evidente el robo que Baquero Bettín le hizo a la familia, que fue sancionado según el fallo de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Tribunal Superior de Córdoba, radicado # 20170033400, grupo 2, en providencia del 26 de febrero del 2020 por el tribunal disciplinario y suspendido para ejercer como abogado durante 12 meses.
Asimismo, lo condenaron a pagar 20 salarios mínimos mensuales, a título de dolo por faltar al deber consagrado en el numeral 4 del artículo 35 de la ley 1123 del 2007.
Hoy (lunes), mientras el cuerpo de “Monedita” permanece en la morgue, sus padres siguen viviendo humildemente en la orilla del canal en Los Garzones, cargando con la cruz de no haber podido evitar la injusticia que sobre su hijo se cometió.
Finalmente, a quienes conocieron y recuerdan su historia lo recordarán siempre pidiendo “una monedita” en el norte de Montería o trotando hasta Garzones, como queriendo huir de ese amargo recuerdo que lo atormentaba y que finalmente lo llevó a la muerte.